Es el alba aroma de frescura,
causante del rocío en la flor,
humedad que acaricia la piel
y que empapa de ternura el corazón.
Es el alba momento de transición,
del paso del sueño dormido a la realidad,
momento de fuerzas renovadas,
momento en el que los sueños
no siempre sueños son.
Y no son siempre sueños por el deseo,
deseo que busca hacerse realidad
pasando del relente al calor
con los primeros abrazos de los rayos del sol.
Rayos de fuerza desmedida,
locura, empuje y pasión,
sueños que dormidos pensamos
y al despertar se vuelven ilusión.
Ilusión por lo que puede ser y no es,
ilusión por conseguir el ser,
ser que abre los ojos
para encontrar otro ser con quien dormir,
y al amanecer del alba,
soñar, vivir y sentir juntos los dos.
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